Diseñar con luz

Los constructores de las catedrales góticas ya descubrieron el poder mágico de la luz para crear sensaciones en un interior; en el diseño moderno, la luz vuelve a ocupar el lugar que la corresponde. Sin embargo, el punto de partida para diseñar con luz debe seguir unas reglas básicas y primordiales: seguridad, rendimiento y apariencia.
Seguridad: El diseñador debe cumplir la normativa, particularmente en los espacios abiertos al público (en la imagen, Centro Comercial Factory, iluminado por Lámpara Oliva). La iluminación en oficinas sigue una reglamentación muy concreta para beneficiar la salud de los trabajadores; las normas contraincendios son otras de las más desarrolladas… Antes de iluminar cualquier espacio, el diseñador debe tener en cuenta la normativa vigente en los diferentes países.
Rendimiento: En este aspecto, cabe responder a dos preguntas. ¿Permitirá la elección y distribución de las lámparas que el usuario realice las tareas necesarias en el espacio a iluminar? ¿Funcionará la instalación eficazmente, será fácil mantenerla y se ajustará a presupuesto?
Apariencia: Incluso el espacio más utilitario se beneficia de una solución de iluminación bien diseñada. En una oficina, la iluminación incrementa el rendimiento de los trabajadores; en un restaurante o en un hotel, el clima que se crea con la iluminación es fundamental en el concepto y en el éxito del negocio; en un quirófano, la iluminación debe dotar de la luz necesaria a la zona de trabajo…
Superadas estas consideraciones básicas, podemos dar paso a la fantasía y, con la iluminación, dotar de personalidad, originalidad y crear sensaciones en cualquier espacio.