Sí, así es la vida. Hoy, 1 de septiembre, terminaron las vacaciones para casi todos. Como es costumbre, el nuevo curso se inicia con buenos propósitos y uno de ellos, ¿por qué no?, puede ser revisar la luz en nuestra zona de trabajo, sobre todo si pasamos muchas horas frente al ordenador.
Lo primero que hay que saber es que en muchos países existen actualmente normas estrictas sobre los niveles de iluminación en las zonas en que se emplean ordenadores. Las mismas están destinadas a reducir la fatiga visual del usuario evitando resplandores y reflejos en la pantalla. Existen varias categorías específicas, sobre las que no nos extenderemos, en relación con el espacio y el nivel de uso del ordenador en la jornada de trabajo. Las normas se refieren al tipo de difusor o rejilla que debe usarse para matizar la luz de los aparatos fluorescentes empotrados o montados en superficie, que suelen ser la mejor solución en estos entornos.
Esto en cuanto a la iluminación general de la zona de trabajo. En cuanto a los puestos de trabajo, en ellos se aplica iluminación complementaria como luces de escritorio que, además, aportan un toque de estilo a cada puesto, como la lámpara Soon distribuida por Lámparas Oliva que está constituida por unnúmero de partes idénticas y translúcidas que pueden ajustarse.
Si este tipo de lámparas se instalan en zonas donde ya hay iluminación ambiente global, como una oficia diáfana, podrán matizarse en función de la misma. Si, por ejemplo, su uso se hace en un despacho, éste podrá ser más extensivo.
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