Los matices de la luz, únicos protagonistas

La cocina es, a menudo, la protagonista de cualquier hogar. Pensando en el papel que esta estancia está llamada a desempeñar, Lámparas Oliva ha combinado el blanco y el negro con una iluminación cenital, que ponen el sello de la elegancia.


El reto pasaba por crear una cocina diferente, en la que los grandes focos de luz que tradicionalmente iluminan los fogones dieran, además, valor a los elementos arquitectónicos y decorativos del espacio. La iluminación es protagonista pero desde un plano discreto, sin estridencias y sin huir de la funcionalidad que requiere uno de los rincones de la casa en que más se vive . Otro objetivo era separar el office del comedor y aquí los matices de la iluminación han tenido mucho que decir.
La solución ha consistido en utilizar un aparato de Metalarc Mark Fix, con bombilla dicoica, de Lámparas Oliva. Se eligió el color negro, igual que el techo, para que sólo la luz fuera la protagonista. En el office se optó por distribuir el sistema en el techo formando un cuadrado cercano a las paredes, de manera que aporta una luminosidad homogénea y discreta; especial atención se prestó a la iluminación, siempre cenital, de las paredes en zonas como el horno y la nevera. En el comedor para dar valor los armarios, la iluminación cenital se concentró en las puertas de los mismos y en los murales de las paredes formando un arco por sí mismo decorativo. Se logró así un ambiente de intimidad en torno a la mesa.


En esa cocina, la luz natural juega también un papel fundamental. La luz que entra a través de los grandes ventanales, especialmente en la zona de comedor, se combina a la perfección con la iluminación del techo y paredes sin que ambas se estorben.
Si la sabia utilización del negro aporta ya de por si un toque de elegancia; el plus en este sentido lo da una lámpara de mesa también en negro situada sobre el aparador que, lejos de parecer fuera de lugar en este entorno, se corona como la reina dentro del apartado de accesorios.